La naturaleza nos regala toda su esencia, nos da alimento,
cobijo y vida, nos regala toda su magia… y si le damos el respeto que se
merece, nos permite ver más allá de lo meramente visible. En un simple paseo por el
bosque, planta tras planta, árbol tras árbol, nos regala propiedades
maravillosas que nos permiten alimentar el alma y aderezar nuestro cuerpo, y
limpiarlos de todo aquello que nos perjudica.
Desde el principio de los tiempos, el conocimiento y la hermandad
con las plantas han sido primordiales para todos los seres, pues han sido
guías, han sido curanderas, han quitado vidas y las han permitido. Han desvelado secretos que nos han permitido a
todos los demás experimentar, física y espiritualmente, cambios en distintos
planos, que han resultado ser épicos, aportándonos una sabiduría casi
inabarcable.
Dentro de ese largo camino, existen algunas relaciones con
el mundo vegetal que resultan ser extremadamente beneficiosas para
nosotros. Y algunas de ellas han captado
mi atención más que otras. Pasear, recolectar plantas y flores, intentar entender
el mensaje que nos dan, trabajar con ellas y sacar beneficios mágicos para
nuestra salud, física y mental. Elaborar humildemente extractos y a partir de ahí ungüentos,
cremas, aceites, jabones, alimentos, medicina….
Un regalo de la naturaleza…
Un regalo que quiero compartir…
~Cada gotita de esencia tiene su propia magia~
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